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Waldo González López, TEMFest 2013 y otros artículos

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995519 10152028967346929_1251435500_nPor Waldo González López - www.TeatroenMiami.com 
Fotos: Ernesto García

"La filosofía pretende explicar el mundo, el teatro representarlo. Mezclando los dos, intento reflexionar dramáticamente la condición humana, depositar la intimidad de mis preguntas, expresar tanto mi desasosiego como mi esperanza, con el humor y la ligereza que forman parte de las paradojas de nuestro destino. El éxito nos hace humildes: lo que creía que era mi teatro íntimo, resultó corresponder a las preguntas de muchos de mis contemporáneos y a sus profundos deseos de maravillarse por la vida."
                                                    Eric-Emmanuel Schmitt

   Junto al estreno de El sexo en la telaraña (ya comentado en esta columna), al  otro que asistí el pasado fin de semana fue Cólera Island, versión libre de una formidable pieza del dramaturgo francés, cuya nombre encabeza la cita de este comentario.  
   Según anunció, en el programa de mano, la sinopsis de la obra es una versión libre del texto original, realizada por el también dramaturgo y director teatral cubano Yoshvani Medina, quien condujo la puesta.
1Por Waldo González López-www.TeatroenMiami.com 
Fotos: Cortesía de Mandrágora Circo
La invitación del Centro Cultural Español me llegó —vía e-mail— muy escueta, como un leadperiodístico, que enseguida me enganchó, porque me trajo a la memoria un filme homónimo (de la brillante cinematografía italiana de los ’60), basado en la única comedia en prosa, escrita en 1518 por el brillante Nicolás Maquiavelo, estadista florentino y secretario de la segunda cancillería de los Asuntos Exteriores y de la Guerra de Florencia (hoy diríamos diplomático). Y me perdona el ciberlector, pero no resulta gratuito recordar que el célebre apellido daría lugar a un mote que a la mayoría de los mortales de inmediato le evoca algo terrible: lo «maquiavélico». Al margen, añado que el título de la pieza se inspiraría en la raíz de la planta homónima, de la que presuntamente se extraía el veneno, tal refiere el tema y la historia de la única pieza del genial autor de El Príncipe. Pero, en fin, el siguiente mensaje me convenció:
1385084 10152026808241929_2053198304_nPor Waldo González López - www.TeatroenMiami.com 
Fotos: Ernesto García
El estreno la versión/adaptación de una muy conocida pieza teatral fue uno de los aportes, en su segundo fin de semana, del evento escénico anual TEMFest 2013 que, creado y dirigido por Ernesto y Sandra García, constituye —desde su instauración— uno de los más atractivos de Miami, por la selección de obras y puestas ofrecidas en cada nueva edición. 
   Se trata de la obra del narrador y dramaturgo argentino Manuel Puig (1932-1990): El beso de la mujer araña (1976), llevada a escena, en versión y adaptación de la dupla de actores y directores, integrada por el puertorriqueño Miguel Sahid y el colombiano Andrés Mejía, quienes la interpretan y asumen el diseño de escenografía.
   Primero novela (1976), luego pieza (1983) y más tarde filme (1985), el más popular título del también recordado autor de La traición de Rita Hayworth (1968), Boquitas pintadas (1969) yPubis angelical (1979)  —las dos primeras leídas por el crítico en Cuba— constituye la consagración del valioso creador rioplantense, cuya filiación posmoderna le valdría la admiración de Guillermo Cabrera Infante, el fundacional narrador de Tres Tristes Tigres (Premio Seix-Barral, 1964), quien, con el también relevante Severo Sarduy en De donde son los cantantes Cobra, resultan los decisivos creadores de la posmodernidad en la Isla.
tv-cirko-wgl-16-02Por Waldo González López -www.TeatroenMiami.com 
Fotos: Ernesto García
En la formación de la nación argentina, no poco decidieron las sucesivas olas de emigrantes, notoria, en especial entre 1875 y, más o menos 1950, cuando el país constituyó uno de los principales receptores de la gran corriente emigratoria europea, cuyo impacto que, si bien en el resto de la ingente Latinoamérica fue enorme, en la naciente nación sureña fue particularmente intenso por dos motivos: la cantidad de inmigrantes recibidos y la escasa población existente en el territorio.    
   De acuerdo con los estudiosos, en el primer censo de 1869 la población argentina no alcanzaba a 2 millones de habitantes. Por otra parte, ya para 1920, un poco más de la mitad de los pobladores de Buenos Aires, eran nacidos en el exterior.
   Según los estimados de serios investigadores (como Zulma Recchini de Lattes), la población que, acorde con el censo de 1960, era de aproximadamente 20 millones de habitantes, si no hubiese existido el aporte de la corriente inmigratoria de Europa, Cercano y Medio Oriente, Rusia y Japón, sólo hubiera tenido entonces poco menos de 8 millones de pobladores. En consecuencia, el flujo de italianos, polacos, ingleses y portugueses, entre otras nacionalidades, pesaría no poco en la idiosincrasia del argentino, como en sus expresiones artísticas.

Gustavo PonzoaPor Waldo González López –www.TeatroenMiami.com
Fotos: Cortesía de la actriz Sandra Salonia
Nacido en La Habana, el laureado pianista cubano Gustavo Ponzoa inicia sus estudios de piano a la edad de cinco años y, más tarde, con el profesor, destacado instrumentista y director Conservatorio «Alejandro García Caturla» Alfredo Diez Nieto.
   A los quince años, sería seleccionado para tocar en un recital privado en honor del Maestro catalán Pablo Casals. Más tarde, viaja a Puerto Rico, donde continuará sus estudios en el Conservatorio Nacional, bajo la dirección de la destacada pianista Nidia Font.     
   Años más tarde, se muda a Miami, donde continúa sus estudios con el Profesor Ivan Davis y adquiere una Beca total en La Escuela de Música de la Universidad de Miami, donde obtiene su Maestría en Música.
   Durante su carrera, ha sido solista de diferentes Orquestas en los Estados Unidos y ofrecido recitales de piano en EUA, como Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela y Brasil.

29570 10152008298211929_1415025587_nPor Waldo González López – www.TeatroenMiami.com
Fotos: Ernesto García
Una y otra vez representado en mil y una versiones/adaptaciones y formatos —no pocos con el requerido nivel estético— resultan válidos los montajes de las piezas de Shakespeare, en especial, su deliciosa comedia de enredos Sueño de una noche de verano, una de cuyas canónicas interpretaciones (Puck) constituirían un hito para el tempranamente exitoso actor Mickey Rooney, en el filme homónimo de 1935.
   Y no es gratuito representarlo de nuevo, sino necesario en este siglo del más variopinto cólera (guerras e ideologías, religiones y terrorismos, et al), porque recuerda en nuestra materialista ¿sólo eventual? etapa el necesario humanismo renacentista, propio de la época de «El Cisne de Stratford-on-Avon», quien en su portentosa producción abordó —con su relevante obra inserta en la mejor herencia inglesa de su época— el devenir social e histórico de varios ámbitos de Europa.
Azul-wgl-9-1Por Waldo González López -www.TeatroenMiami.com 
Fotos: Cortesía del actor

    «Mijaíl emplea su decisivo instrumental actoral y su impresionante preparación   
    física y vocal…»
      (Del comentario de WGL sobre el debut del actor en Miami, en el Café-  
      cantante Catarsis (Teatro Trail, diciembre, 2012).

Me permito titular, con uno de mis versos, el presente comentario sobre la más reciente puesta de una pieza que, presenciada en numerosas ocasiones, no puedo sustraerme de su disfrute una y otra vez.
   Sí, con el esperado estreno, en Teatro 8, del hermoso monólogo Azul —que, a partir de la icónica y (siempre) emotiva obra Perla Marina, de Abilio Estévez, el valioso actor y director escénico cubano Mijaíl Mulkay adaptara como monodrama y estrenara, con su propia dirección y actuación, en La Habana de 1995—, me sucede lo que con las Obras Poéticas del Premio Nobel y fundador del teatro irlandés W. B. Yeats y con la del gran poeta galo Jacques Prévert. De tal suerte, es tal su altísima calidad, que siempre debo regresar a ellas en profundas y gustosas relecturas.  Mas, no conforme, en el peor momento de la pésima Cuba de los ’90 (1993), publiqué sendas selecciones mínimas de ambos autores, decisivos en el quehacer de este poeta/cronista.

Juan RocaPor Waldo González López –www.TeatroenMiami.com
Fotos: Miguel Pascual

Apenas se regó como pólvora la noticia, fue muy bien recibida por los teatristas latinos de Miami: El próximo miércoles, en el Miami Dade Auditorium, a las 7 P.M., los directores de la valiosa compañía Teatro en Miami Studio (TEMS) Sandra y Ernesto García, le entregarán el Premio Baco al incansable y laborioso director artístico y general Juan Roca.
   El importante lauro en su tercera edición, reconocerá además a otras dos figuras de las tablas locales: la excelente actriz de teatro, TV y cine Zully Montero y la canónica fotógrafa Asela Torres.
   Caracterizado por su incesante laboreo en la Compañía Havanafama, Roca y su equipo creador son bien conocidos por los habituales de la escena que asisten a las dos salas de su grupo (Ave. 10, esq. Calle 8, La Pequeña Havana), donde realiza, sendos eventos: desde 12 años atrás, el Festival Latinoamericano del Monólogo y, desde este 2013, el Festival de la Comedia, ambos con amplia asistencia local y de otros ámbitos, por parte de actores, directores y público.   
   Ahora, por fin, viene a mi columna el también actor cubano:

12999 10151647771071828_1293608373_nPor Waldo Gonzalez Lopez -www.TeatroenMiami.com 
Fotos: Miguel Pascual
El dramaturgo, poeta y pedagogo español Alejandro Casona (Besullo, 1903-Madrid, 1965) es un autor muy conocido en Latinoamérica, sobre todo, en Argentina —donde estuvo exiliado— y en Cuba, donde fue, durante décadas, uno de los autores más representados en la escena y uno de los más llevados a la TV en gustados programas como « Teatro en TV» y otros.
   Entre sus piezas de corte neosimbolista —por su estilo lírico y sentimental, enmarcadas en la línea del "teatro poético", deudor del Modernismo rubendariano, como relacionadas con algunas de García Lorca—, entre otras, han sido más representadas en ambos territorios: El mancebo que casó con mujer brava (1935), Nuestra Natacha (1936), Prohibido suicidarse en primavera (1937) y La dama del alba(1944).
   Amante del teatro clásico hispano, realizaría excelentes adaptaciones de obras clásicas teatrales y narrativas, para adultos, como para niños y jóvenes. Dice no poco sobre su particular gusto por estas letras que, en 1932, publicara su colección de leyendas clásicas y medievales Flor de leyendas, uno de sus títulos esenciales que le mereciera el Premio Nacional de Literatura.

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