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Waldo González López, artículos en www.TeatroenMiami.com

Ana Lidia M(Entrevista con la destacada actriz y comediante musical cubana)
Por Waldo González López – www.TeatroenMiami.com

Ante todo y una vez más, confieso que voto por la buena comedia y los mejores comediantes.
   Por eso, ahora, tras visionar y disfrutar a la valiosa actriz y comediante musical Ana Lidia Méndez, en la simpática pieza El estreno (que estará hasta la primera semana de junio en Teatro 8, dirigida por su autor David Abreu), pregunto: ¿Qué miamense no sabe quién esta carismática y super/hiper/archiconocida actriz y comediante musical cubana?
   Por ello, esta necesaria entrevista, en tanto considero imprescindible, para quien se precie de conocer la escena de La Ciudad del Sol (mejor definirla «Ciudad de la Cultura»), haberla presenciado y disfrutado al menos en una de las múltiples puestas en que ha participado y se ha llevado los aplausos por su simpatía y profesionalidad, ganada durante décadas en Cuba y en Miami, así como en otros ámbitos. 
   Por tanto camino andado en su extensa e intensa praxis artística, hoy traigo a los ciberlectores a la supercomediante cubana quien —por su infatigable bregar con el máximo amor por la escena durante décadas— resulta «el rayo que no cesa», para decirlo con el clásico verso del gran poeta español Miguel Hernández.
   Así, estimados lectores, les ofrezco con enorme placer las experimentadas respuestas de Ana Lidia Méndez, quien corrobora en ellas su amplio conocimiento del riesgoso y complejo arte del actor y la comedia.

954866 10151690623636929_464931283_nPor Waldo González López – www.TeatroenMiami.com
Fotos: Ernesto García
Prolífico autor de diversas piezas que abordan esenciales temas concernientes al Hombre y su destino, el también director, músico y videoasta Ernesto García estrenó la última semana su pieza Viaje: una atractiva oferta coincidente con sus anteriores temáticas, de sumo interés por sus asuntos de hondo calado.     
   Viaje —se lee en el programa de mano— es el drama de siete personas que abordan un tren, desconociendo que esa aparente ¿marcha, fuga, emigración? «se convertirá en un viaje de descubrimiento, asombro, lujuria y dolor».
   De tal suerte, el texto imbrica profundas referencias que remiten a su muy personal impronta conceptual, de rango filosófico, que recorre pieza y puesta, a través de inteligentes monólogos y diálogos de y entre los siete personajes.
En consecuencia, ideas, preceptos, verdades enriquecen el texto que, como otros del dramaturgo, evidencia plenitud de riqueza artística ypraxis vital.
   Así, apenas comienza la pieza, escuchamos en voz de uno de los personajes —tal una suerte de guiño al «teatro dentro del teatro»—: «Si esto no fuera un tren, creería que se trata de una tragedia». Tan temprana nota con fina ironía y leve pero oportuno sesgo humorístico cruzan el discurso dramatúrgico, funcionan como oportunos anticlímax y salvan los momentos de cargado dramatismo.

Eliana-SasicsPor Waldo González López –www.TeatroenMiami.com
Fotos: Zoraida V. Fonseca
Tal la mítica hechicera Circe, ella embruja a los espectadores que descubren la asombrosa melopea de su hermosa voz, dotada de mil y una modulaciones, para ya quedar atrapados en la red de sensibilidad y arte que envuelve la expresión de la cantante y actriz colombiana Eliana Sasics.    
   Por ello, acaso cumpliendo con una ordenanza-imposición, dictada por los dioses del Olimpo, me siento obligado a enfrentar y entrevistar a esta taumaturga enviada del Hades y las diosas de la música en distintas mitologías: Egipcia (Bastet), Griega (Calíope y Apolo), Nórdica (Frejya), Romana (Ceres) y Celta: Brigit y Dione.

DSCN5854Por Waldo González López –www.TeatroenMiami.com
Fotos: Mayra Hernández Y Wgl
El poeta y periodista cultural que firma esta crónica es —tal no pocos colegamigos saben— un irredento fan del bolero desde la adolescencia, cuando en su natal Cuba escuchaba los antiguos (y hoy renacidos) LDs —discos de Larga Duración  de grandes intérpretes cubanos de este género, por fortuna surgido en la Santiago de Cuba de 1887, gracias al talento de un sencillo hombre de pueblo y destacado músico, como a una sencilla pieza compuesta por él, en cuyo título ya canonizaba uno de sus invariables motivos de su creación: Tristezas.
   La entonces nueva propuesta musical serviría, desde el primer cuarto del siglo XX, al despliegue de un mayor vínculo cultural de la Isla con diversos países latinoamericanos, en primer lugar: México (a través del corredor veracruzano por mar, cruzaría el influjo bolerístico a la segunda patria del género), como también, a partir de los ’40 y ’50: Chile (Lucho Gatica), Argentina (Daniel Ríolobos y Leo Marini), República Dominicana (Alberto Beltán), Venezuela, Colombia, Ecuador y otros ámbitos, así como más tarde España).

herminio-almendros-01Por Waldo González López – www.TeatroenMiami.com

Quienes tuvimos la dicha de compartir en la intimidad de su hogar con —el que fuera el padre del gran fotógrafo de cine Néstor Almendros, Premio Oscar por la cinta La laguna dorada— Herminio Almendros (hispanocubano, siempre le llamé), sabemos que fue más, mucho más que pedagogo, escritor y promotor cultural, tal suelen recordarlo algunos que no lo conocieron a fondo como quien ahora lo evoca con querencia y nostalgia o, mejor, con la querencia de la nostalgia e, incluso, mejor aún, con la nostalgia de la querencia.
   En Herminio —según lo llamé en su cálido hogar del Vedado, en el edificio Naroca, de Paseo y Línea—, siempre hallé la enseñanza del maestro, el buen consejo del amigo, el estímulo que, como un padre, me llegaba de su recia y dulce hombradía de largas y fecundas experiencias.
   Su fino espíritu, aunado a una ejemplaridad ética no común, lo proyectaban en su justa, exacta dimensión de hombre íntegro y creador pleno.
   Ese afecto al joven que yo era entonces (años 70), se traslucía en una sencillez que, si bien desarmaba al petulante, en cambio cautivaba al que se le acercaba, como quien escribe esta evocación, en afanes de honesto y útil pupilaje.
   Era el suyo un tacto adecuado: sus conocimientos, tan vastos, de literatura y cultura en general, no limitaban el apetecido criterio que este contertulio le solicitaba, robándole su tiempo tan rico y ya escaso por sus años, el que nunca, por cierto, me negaría.

Raul-EgurenPor Waldo González López –www.TeatroenMiami.com

Me llegan noticias del atroz ¿destino, azar concurrente o de la cruda vida? La triste noticia me trajo la muerte de mi entrañable Raúl Eguren, quien fuera notable amigo, maestro y jefe. Pero voy por partes.    
   Con la paráfrasis de la primera línea —con la que parafraseo un excelente texto de un poeta de cabecera, el inolvidable Eliseo Diego— inicio esta crónica sobre otro gran amigo, un maestro de la escena y de la vida.

LOS AÑOS DE APRENDIZAJE
Nacido en el poblado de Pica Pica, en Sumidero, Pinar del Río, el 12 de agosto de 1920, el pequeño Raúl evidenció su sensibilidad que demostraría en sus múltiples intereses por diversas expresiones artísticas. Cuando fallece su madre, María Rosa, su padre, Julián, viaja a su España natal, llevando consigo al futuro creador y a sus hermanos Gustavo (quien sería un destacado narrador: novelista y cuentista) y Jesús. Allí recibe clases de un «Maestro» que, según me confesara muchas décadas después, determinaría su destino escénico: Saturnino Esteba, quien lo dirige en la opera prima de su existencia, entonces con apenas 13 años.       

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