Ir al contenido principal

Una Elektra casi yoruba


Por Elena Tamargo. | El Nuevo Herald. 


Con mucha frecuencia se han podido disfrutar Elektras en las artes del mundo. Recuerdo especialmente dos: en el teatro, Elektra Garrigó de Virgilio Piñera y en el cine Elektra (2008 ) del húngaro Miklos Jancso, ambas extraordinarias, sobre todo la versión cinematográfica. La de Piñera representa la entrada de la reflexividad en el teatro cubano, el momento en que el dramaturgo que trabaja “en serio” se propone una cuidadosa meditación sobre la realidad nacional, algo que habían estado haciendo con éxito considerable, desde casi dos décadas antes, los dramaturgos mexicanos, Usigli y Villaurrutia. Sin embargo, la versión que acabamos de ver, Elektra, la danza de los muertos, no se parece a las que guarda mi memoria.

La influencia que tiene esta versión de Teatro Galiano, adaptación del director José González de los monólogos Ancestros clásicos del dramaturgo cubano Tomás González, es fuerte, porque su lectura es posmoderna, los mitos transferidos a la africana, y la lectura intercultural y libre, tanto que lleva a la actriz a crear cuatro personajes lo cual marca el primer valor de su actuación.

Creo que las preguntas que impiden que el viaje comience son símbolos tan actuales como las mismas preguntas que nos hacemos los hombres de ahora, ¿Qué es la vida? ¿Qué es la muerte? ¿Qué son los héroes? ¿Qué es el poder? ¿Qué es la patria? ¿Y la gloria, qué es? Los períodos humanos se repiten y se reciclan: los románticos miraron a los griegos, los héroes de los poetas románticos fueron griegos (para Holderlin, Hyperion y Empédocles fueron su vida), y hoy nos vemos en lo románticos, somos fáusticos, la ecología ha sido incorporada al estatus de nuestras vidas, en fin, que de alguna manera y a través de los románticos, los griegos impactan todavía.

El montaje está logrado, el vestuario es insuperable, la iluminación está coordinada en relación con las telas, que aluden a motivos afrocubanos.

La técnica de la voz que Vivian Rosa aplica en casi todas las obras en que actúa, es ya un signo personal. En este caso la mezcla de su voz con lo yoruba, produce una importante elección: el llamado al panteón oricha ante el peligro o dolor.

Representar un monólogo con cuatro personajes, y de una duración de 75 minutos es un desafío actoral para Rosa. Para González, el director, un trabajo extraordinario que sólo se logra con la experiencia acumulada y la lealtad al maestro.
********************
Publicado el 31 de agosto de 2011.
http://www.elnuevoherald.com
FOTOS DE ELEKTRA - Ernesto Garcia (TEMS)

Comentarios

Wilfredo Ramos ha dicho que…
Sin duda alguna, este comentario, que no critica, nos deja con los deseos de leer un verdadero trabajo especializado. Que dice? Estas son las cosas que no deberiamos permitir que sucedan si queremos que se eleve el nivel cultural de la ciudad. Verdaderamente lamentable!

Entradas populares de este blog

TeatroenMiami.com - Noticias Teatrales de Miami

‘Baño de luna’, la historia de un amor imposible Friday, 28 July 2017 08:52 Category:  Teatro Hits: 80 ARTURO ARIAS-POLO - El Nuevo Herald Marcela, una pianista cubanoamericana de Miami, atraviesa una situación económica difícil. Las deudas la agobian. Como madre soltera, tiene que asumir la crianza de su hija adolescente. Para colmo de males, Martina, su madre, se ve obligada a vender su piano para pagar los estudios universitarios de Taviano, su hermano menor. Pero la mala racha no impide que la muchacha renuncie a sus sueños ni mucho menos al amor que siente por la música. Un amor que comparte con el padre Monroe, el párroco de su iglesia, quien le permite practicar en el piano del templo. En la medida que los encuentros son más frecuentes, entre ellos crecerá una pasión difícil de contener. “Baño de luna es la historia de un sacerdote que se debate entre el amor por su vocación y el de una mujer”, explicó, su autor Nilo Cruz, Premio Pulitzer 2003, quien asumirá la

Waldo González López en www.TeatroenMiami.com

Carlos Fuentes: «El amante del teatro» El oficio de actor: praxis, criterios: Gerardo Riverón Mijail Mulkay: Por humor al arte Las abstinencias de 4 mujeres… ¿o almas en pena? «Malditos celos...» Falladas, nadie es perfecto: otra valiosa propuesta de Teatro 8 Festival Internacional de Teatro Casandra. Corazón al viento Festival Internacional Casandra. 5ª. Jornada: noche de actuaciones estelares Festival Internacional Casandra: vídeo, monólogo, homenaje y revista Festival Internacional de Teatro: Cartas Cruzadas El oficio de actor: praxis, criterios Tres valiosos comediantes en Catarsis El puerto de los cristales rotos

¿Por qué la gente va al teatro?

Por Ernesto García. Rodeados de todo tipo de diversiones momentáneas, cercanas espacialmente; a mano un control de TV, uno universal que además conmuta el satélite y el DVD. En un cuarto próximo, incluso en el propio, una computadora “jukeada” (hook) a Internet. ¿Por qué la gente va al teatro? O al contrario; ¿por qué la gente NO va al teatro? La pregunta es tonta o al menos lo parece. Las razones pueden ir desde respuestas rimbombantes a las más genuinas y simples. He buscado información en Internet y encuentro de ambas. Por un lado tan serias y severas como “para encontrar las grandes respuestas personales” hasta un contundente "es muy aburrido". ¿Existe realmente una fascinación por el ritual teatral? Sabemos y es claro que el teatro es de las pocas artes que se “ejecutan en el presente”, lo cual le da un atractivo especial. Algo así como la diferencia entre un concierto de jazz grabado o en vivo. Hasta ahí es claro, pero… ¿Por qué la gente va al teatro? Unas respuestas qu