Ir al contenido principal

Oda a la tortura (Diario Las Américas)

Por Luis de la Paz - Diario Las Américas


Desde que comenzó a estrenar Ernesto García sus obras en Miami, algo ha ido destacándose en su dramaturgia, y es una marcada disposición a tocar temas extremos, donde se mide la resistencia del individuo ante las adversidades. El celador del desierto, El reloj dodecafónico, Sangre, Enema y Oda a la tortura (ya el propio título es una provocación: ¿se le puede dedicar una “oda” a la tortura?) recién estrenada en Teatro en Miami Studio, conmemorando así el tercer aniversario de trabajo ininterrumpido en la sala de la Pequeña Habana, son obras que se enmarcan en esa corriente expresiva de carácter universal. En cada una de las piezas mencionadas, García nos presenta sus inquietudes sobre el abandono filial, las relaciones humanas, las guerras, la fuga como método de supervivencia, la influencia del implacable poder, la madre castradora, el hijo dependiente y el egoísmo, entre otras variantes de la realidad circundante y existencial, y lo ha hecho siempre sin recurrir a los mismos métodos (algunos muy exitosos), sino imprimiéndole a cada propuesta su propio contexto escénico, su sello.


Oda a la tortura, no escapa a estas fórmulas. En esta ocasión apela, en primer lugar, a la resistencia del hombre ante el dolor físico en virtud de unos ideales. Y en segundo, aunque los lugares son intercambiables, a interrogarse en una cuestión filosófica: ¿es ética la tortura? En esta ocasión el lenguaje dramático, nos presenta a un grupo de jóvenes involucrados (unos más que otros), en el estallido de bombas en lugares públicos, provocando muerte y destrucción. Los sospechosos de los atentados son interrogados por Don Ramiro, un hombre de familia a punto de retirarse como investigador, que es llamado de urgencia al cuartel donde ha trabajado durante muchos años, para que obtenga información sobre lugar donde detonará otro artefacto explosivo.


El interrogador-torturador, es autor de un libro especializado, Oda a la tortura, un manual sobre los mecanismos para encontrar la debilidad de la gente y someterla. El personaje lo interpreta con soberbia parsimonia Jorge Hernández, uno de los más versátiles y talentosos actores de Miami. Vistiendo de traje, con bombín y bastón, Don Ramiro recurre a sus probados métodos para que Pablo, “confiese”. Leandro Peraza interpreta a Pablo, lleva al personaje con fuerza, desplegando en su caracterización el miedo que despierta el saber que se va a ser sometido a dolor físico.


Ernesto García, que además del autor, es el escenógrafo y director de la puesta, crea una suerte de prisión donde están encerrados Pablo, Víctor (poeta que no aparece en escena) y Laura, papel que desarrolla con destreza y precisión la también multifacética actriz Sandra García. Con dos niveles que delimitan las celdas, pasillos que las comunican, un excelente trabajo de luces y el uso de multimedia para ilustrar distintos capítulos del libro de Don Ramiro, se establece una atmósfera sobrecogedora y muy inquietante.


Don Ramiro se vale de un ayudante para las tareas sucias del interrogatorio, papel que lleva dignamente Alain Casalla. Vistiendo camiseta negra, este guardián es un hombre de pocas palabras, accionar violento y por demás analfabeto (detalle tal vez innecesario que esteriotipa algo al personaje). Oda a la tortura tiene la hechura y la tensión de un thriller con final sorpresivo, pero esto es sólo un pretexto para que Ernesto García provoque en el espectador una serie de preguntas clave sobre la especie humana.


Sala Teatro en Miami Studio 2500 SW Calle 8, Miami (305 551 7473). Funciones viernes y sábado 8.30 pm.

Comentarios

Entradas populares de este blog

TeatroenMiami.com - Noticias Teatrales de Miami

‘Baño de luna’, la historia de un amor imposible Friday, 28 July 2017 08:52 Category:  Teatro Hits: 80 ARTURO ARIAS-POLO - El Nuevo Herald Marcela, una pianista cubanoamericana de Miami, atraviesa una situación económica difícil. Las deudas la agobian. Como madre soltera, tiene que asumir la crianza de su hija adolescente. Para colmo de males, Martina, su madre, se ve obligada a vender su piano para pagar los estudios universitarios de Taviano, su hermano menor. Pero la mala racha no impide que la muchacha renuncie a sus sueños ni mucho menos al amor que siente por la música. Un amor que comparte con el padre Monroe, el párroco de su iglesia, quien le permite practicar en el piano del templo. En la medida que los encuentros son más frecuentes, entre ellos crecerá una pasión difícil de contener. “Baño de luna es la historia de un sacerdote que se debate entre el amor por su vocación y el de una mujer”, explicó, su autor Nilo Cruz, Premio Pulitzer 2003, quien asumirá la

Waldo González López en www.TeatroenMiami.com

Carlos Fuentes: «El amante del teatro» El oficio de actor: praxis, criterios: Gerardo Riverón Mijail Mulkay: Por humor al arte Las abstinencias de 4 mujeres… ¿o almas en pena? «Malditos celos...» Falladas, nadie es perfecto: otra valiosa propuesta de Teatro 8 Festival Internacional de Teatro Casandra. Corazón al viento Festival Internacional Casandra. 5ª. Jornada: noche de actuaciones estelares Festival Internacional Casandra: vídeo, monólogo, homenaje y revista Festival Internacional de Teatro: Cartas Cruzadas El oficio de actor: praxis, criterios Tres valiosos comediantes en Catarsis El puerto de los cristales rotos

¿Por qué la gente va al teatro?

Por Ernesto García. Rodeados de todo tipo de diversiones momentáneas, cercanas espacialmente; a mano un control de TV, uno universal que además conmuta el satélite y el DVD. En un cuarto próximo, incluso en el propio, una computadora “jukeada” (hook) a Internet. ¿Por qué la gente va al teatro? O al contrario; ¿por qué la gente NO va al teatro? La pregunta es tonta o al menos lo parece. Las razones pueden ir desde respuestas rimbombantes a las más genuinas y simples. He buscado información en Internet y encuentro de ambas. Por un lado tan serias y severas como “para encontrar las grandes respuestas personales” hasta un contundente "es muy aburrido". ¿Existe realmente una fascinación por el ritual teatral? Sabemos y es claro que el teatro es de las pocas artes que se “ejecutan en el presente”, lo cual le da un atractivo especial. Algo así como la diferencia entre un concierto de jazz grabado o en vivo. Hasta ahí es claro, pero… ¿Por qué la gente va al teatro? Unas respuestas qu