Por Ernesto García. En el teatro, como en otras realidades de la vida, aparecen de cuando en cuando, los Cristobalillos Mesiánicos. Ese ser que se cree esperado por una multitud deseosa de sus grandes, históricos y profundos cambios en la vida, ideología y el arte. Un Jesús del pensamiento religioso, un Cristóbal Colón en lo marítimo y en lo imperial. En el teatro, estos seres llegan, con grandes e imponentes discursos (que ni son grandes ni imponentes), para indicar su advenimiento. Su llegada a esta tierra baldía que espera por su gran talento (reconocido solo por ellos) . Primero anuncian el paraje yermo, el “desierto cultural” de Miami, luego traen bajo el brazo la tabla de Moisés y sus nuevos mandamientos que finalmente harán que la ciudad cambié para siempre. Algunos son de una extirpe de “agitadores”, arman en unas cuantas semanas todo un movimiento que muchas veces la prensa refleja. El Critobalillo es un ser hábil, sabe hacer más con menos, apenas ni teatro ha hecho pero se l...
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saludos, albert.