Por Ernesto García. El título es con toda intención. Diatriba contra el facilismo, apología del arte actoral. ( Para , no Contra el actor) Estoy harto de la vulgarización, la peor de todas que no es el planteamiento grotesco y hasta grosero, donde en el fondo puede habitar un sentido artístico de denuncia. La vulgarización del arte actoral es más sutil, más glamorosa, más fatua, jactanciosa y petulante. Está plagada de moda y alfombras rojas, de reverencias a la mediocridad, de hincarse de rodillas ante lo que merece el abucheo. Y el respeto alcornoque, a tanta mediocridad, me empacha. Empalagado del derrumbe y la antigua cortesía a la sapiencia donde los hombres tomaban fama y nombre por sus obras; estas reflejadas en dinero o prestigio, hoy se nutren de un sueño que se templa en los hornos de un único propósito: La fama. La fama a toda costa. El actor, ese artista vago y perezoso que no alimenta su profesión, que no ejercita el músculo de su oficio tanto como el de su altivez y v
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