por Ernesto García - en el Blog de Emilio Ichikawa
Es cierto, como sugieres en tu artículo, que mi aproximación a la relación humanos-cosas es más ontológica que crítica. La crítica por lo general (en mi teatro) no es algo que me interesa mucho, me gusta más mostrar, entender, aproximarme, que mantener una postura crítica, porque siempre temo que así se pierde uno parte de la verdad y el conocimiento. De hecho la pregunta o “one liner” que yo trato de investigar en mi puesta es: “¿Somos poseedores de bienes materiales o son ellos quienes nos poseen?" Y en la misma cuestión, no importa cual sea la respuesta, se mantiene el matrimonio entre poseedor y la cosa poseída. Una pregunta crítica habría sido: ¿Necesitamos las pertenencias? En este caso las respuestas posibles dejarían fuera a una de las dos partes. Como he expresado en mis breves escritos sobre teatro, para mí este es “una manera de entender el mundo”, de aproximarme a él… pero por sobre todo a los problemas relacionados con nuestra especie y su relación con el entorno.
La parte final de mi lectura y propuesta escénica es la completada y asumida por el público; él da forma final (particular, personal y única) a mi propuesta y cada uno de ellos concluye de manera diferente. Unos pueden entender una crítica, otros una manera indisoluble entre las partes y tantas lectura como espectador asista.
Lo único que lamento es que desechas la puesta en escena para el análisis y caes en una trampa (es mi opinión). La trampa de entender el teatro como un hecho literario (donde el texto es prácticamente el rector). Esto me imagino, en términos académicos se debe a la perdurabilidad del texto escrito. Y el carácter perecedero del teatro como arte. Pero los signos teatrales (la puesta en escena) es otra dramaturgia, es tan compleja que pocos se aventuran al análisis y la teoría teatral es escasa y confusa ya que reúne el estudio de otras disciplinas donde entran; el texto, lo visual, lo sonoro, lo espacial y una combinación infinita de posibilidades. Sobre este tema quiero preparar materiales que publicaré poco a poco y que te invito desde ya (a que si te parecen interesantes) publiques en tu blog.
Una vez más te agradezco el artículo, tu opinión sobre nuestro trabajo, y queda siempre la invitación abierta a que vengas a nuestra sala (con dinero o no en la mano). Como te comenté aquella noche yo creo que la labor que haces en prestar atención a estos temas es importante.
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NOTAS EMILIO ICHIKAWA
NOTA: A propósito de la obra "Los Acosados", de Matías Montes Huidobro, puesta en escena por Teatro en Miami. Foto de Teatro en Miami.
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NOTA 2: El tema de pagar o no pagar la obra (u otro menester artístico) se relaciona con aquel de Freud sobre el cobrar o no cobrar la consulta. Es un lujo poder discutir estos temas con un creador y amigo como Ernesto García
Es cierto, como sugieres en tu artículo, que mi aproximación a la relación humanos-cosas es más ontológica que crítica. La crítica por lo general (en mi teatro) no es algo que me interesa mucho, me gusta más mostrar, entender, aproximarme, que mantener una postura crítica, porque siempre temo que así se pierde uno parte de la verdad y el conocimiento. De hecho la pregunta o “one liner” que yo trato de investigar en mi puesta es: “¿Somos poseedores de bienes materiales o son ellos quienes nos poseen?" Y en la misma cuestión, no importa cual sea la respuesta, se mantiene el matrimonio entre poseedor y la cosa poseída. Una pregunta crítica habría sido: ¿Necesitamos las pertenencias? En este caso las respuestas posibles dejarían fuera a una de las dos partes. Como he expresado en mis breves escritos sobre teatro, para mí este es “una manera de entender el mundo”, de aproximarme a él… pero por sobre todo a los problemas relacionados con nuestra especie y su relación con el entorno.
La parte final de mi lectura y propuesta escénica es la completada y asumida por el público; él da forma final (particular, personal y única) a mi propuesta y cada uno de ellos concluye de manera diferente. Unos pueden entender una crítica, otros una manera indisoluble entre las partes y tantas lectura como espectador asista.
Lo único que lamento es que desechas la puesta en escena para el análisis y caes en una trampa (es mi opinión). La trampa de entender el teatro como un hecho literario (donde el texto es prácticamente el rector). Esto me imagino, en términos académicos se debe a la perdurabilidad del texto escrito. Y el carácter perecedero del teatro como arte. Pero los signos teatrales (la puesta en escena) es otra dramaturgia, es tan compleja que pocos se aventuran al análisis y la teoría teatral es escasa y confusa ya que reúne el estudio de otras disciplinas donde entran; el texto, lo visual, lo sonoro, lo espacial y una combinación infinita de posibilidades. Sobre este tema quiero preparar materiales que publicaré poco a poco y que te invito desde ya (a que si te parecen interesantes) publiques en tu blog.
Una vez más te agradezco el artículo, tu opinión sobre nuestro trabajo, y queda siempre la invitación abierta a que vengas a nuestra sala (con dinero o no en la mano). Como te comenté aquella noche yo creo que la labor que haces en prestar atención a estos temas es importante.
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NOTAS EMILIO ICHIKAWA
NOTA: A propósito de la obra "Los Acosados", de Matías Montes Huidobro, puesta en escena por Teatro en Miami. Foto de Teatro en Miami.
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NOTA 2: El tema de pagar o no pagar la obra (u otro menester artístico) se relaciona con aquel de Freud sobre el cobrar o no cobrar la consulta. Es un lujo poder discutir estos temas con un creador y amigo como Ernesto García
Comentarios
suerte esta semana!
muy buena la carta bro'. ;) saludos, t.