Chely Lima - El Nuevo Herald
Lo primero que llama la atención en Cleopatra. La historia jamás contada, que la Sociedad Actoral Hispanoamericana ha llevado a escena en la Scala de Miami, con dirección general de Miguel Sahid y producción de Andrés Mejía, es que el título traiciona al espectáculo por partida doble, porque no se trata exactamente de la historia de la famosa reina egipcia y, como si fuera poco, lo que se trae a colación ha sido contado múltiples veces dentro de la ensayística, la literatura de ficción, el teatro, la televisión y el cine.
Dentro del caótico libreto que tiene como autores a Sahid, Andrés Mejía, Elizabeth Lazo, Adela Romero y José González, Cleopatra no es sino una de tantas figuras que se mueven a lo largo de una pieza innecesariamente larga, que recurre a recursos tan gastados dentro del teatro como son el uso de un narrador camuflado en heraldo y una serie de cartas cuyo texto se lee en escena. La obra carece de trama central, por lo que se hace difícil saber quién es el protagonista de esta colección de estampas donde se recogen momentos históricos de la Roma de Julio César y sus sucesores, resultando en un confuso collageque no profundiza en la psicología de los personajes, quienes se suceden en forma vertiginosa, entrando y saliendo, mientras acumulan sucesos y discursos políticos con los que no se consigue hilvanar un argumento convincente.
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