ANTONIO O. RODRIGUEZ Especial/El Nuevo Herald Frank Prieto, artista radicado en el Principado de Andorra, presentó en Teatro en Miami Studio el monólogo Adolfina, escrito, dirigido e interpretado por él. Una buena oportunidad para conocer el quehacer que desarrollan los teatristas cubanos en otras latitudes. La breve obertura es una delicia: una parodia de la famosa canción infantil ``pacifista'' Barquito de papel, compuesta a principios de los años 1960 por Celia Torriente y Enriqueta Almanza, en la que los niños han sustituido el antiguo deseo de ``reír y cantar'' por otro más prosaico y urgente: comer en un restaurante. Acto seguido, irrumpe Adolfina e impacta con su presencia escénica: corpulenta, labios y cejas rabiosamente negros, busto enorme y prominente, una holgada bata blanca y piernas sin depilar. Prieto logra una convincente caracterización femenina que oscila entre la sensualidad y la rudeza. Se trata de un intérprete imaginativo, seguro, que maneja con ac
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