Por Luis de la Paz - Diario Las Américas
El teatro no puede ser sólo un reflejo simple, más o menos fiel de la vida. El teatro debe también desafiar al espectador, llevarlo mucho más allá de lo que ve en escena, transgredir, provocar reacciones y romper, dentro de un marco estético con lo trillado. Este concepto de vanguardia es el que nos propone Ernesto García, fundador junto con su esposa Sandra, de Teatro en Miami Studio, la sala que abrieron hace menos de dos años y donde este viernes 30 estrena Enema, la quinta obra de su autoría.
Ernesto es musicalizador, libretista, escenógrafo, diseñador de luces y vestuario, algo que le da la oportunidad de concebir, visualizar, sentir y vibrar en cada aspecto de sus propuestas. Enema: un canto a donde no da el sol, es sin duda un título que podría provocar en algunos espectadores cierto rechazo, pero Ernesto se apresura a aclarar que “la obra está tratada con respeto y sin groserías”. El uso del término es simbólico, una alegoría al lavado de cerebro.
“La propuesta juega con el tiempo, las épocas y la curiosidad de cómo será el futuro”, explica el autor, añadiendo: “Antonio, el personaje conductor de Enema, es un escritor. Es rebelde, libertino, curioso”. Este papel lo interpretará el excelente y experimentado actor Ariel Texidó (con el que Ernesto García trabaja por primera vez). Su personaje representa a un hombre que sufre los desmanes, acosos y censuras de su época. Para luchar contra su tiempo y enfrentársele, se propone crear un texto para ser representado 300 años después, en una sociedad que imagina sin prohibiciones y total libertad, donde las palabras y las expresiones no levantarían ronchas, pues la gente habría alcanzado un alto nivel de desarrollo y emancipación y no existirían prejuicios castrantes. Este es el contexto de la tragicomedia que nos entrega Ernesto, en su quinta producción como autor y la séptima como director.
Ernesto García perfila la idea de su obra cuando expresa: “Enema no busca la exactitud histórica de vestuarios y escenografía, cosa que no consideramos necesario en nuestro teatro y dejamos a los libros de historia. Nos basta con crear una ilusión de época. Buscamos reflejar la nueva actitud del saber, del pensar el pensamiento. El riesgo de las nuevas ideas. El drama del individuo enfrentado al poder. La búsqueda infinita de la libertad individual”.
El director explica que ha concebido la puesta en dos planos. En uno se encuentra el escritor que imagina el futuro y escribe lo que conjetura sobre el porvenir. A su vez hay un teatrino donde los otros actores le dan vida a esas ideas. A esto se le añaden momentos intensos, como la Danza de los Falos, que Ernesto vuelve a recalcar que no es grosera, sino más bien sutilmente provocadora, un punto de ruptura. También de rompimiento resulta el vestuario, que afirma no “es propiamente dicho del siglo XVIII, pero que el espectador se sitúa en esa época cuando lo ve”.
Enema es una obra en la que las situaciones van creciendo, el escritor llega un momento en que habla en verso, perdiendo un poco la razón. Para lograr su objetivo Ernesto García ha confiado nuevamente en su equipo de actores. Estarán en escena Anniamary Martínez, como Dorcomia; Marcia Stadler, haciendo de Dolores, una criada; Ivette Kellems, como Sor Casta; Carlos Bueno, en el papel de un cura; Lis Nicot doblando con Leandro Peraza, que también se integran por primera vez al elenco, el personaje de Merdufo; Nirma Necuze, de monja, Christian Ocón como el Obispo y el ya mencionado Ariel Texidó, como Antonio, el escritor.
Enema sin dejar de ser lírica puede llegar a lo grotesco, explica su autor y director. “No hemos temido usar palabras soeces (groseras) en la misma medida y peso con que fueron usadas en su momento por los grandes autores teatrales. No buscamos la risa fácil ni la complacencia grosera, pero tampoco rehúyo de la connotación y fuerza que una palabra soez encarna”. Luego añade: “Hay algo de astracán a lo Pedro Muñoz Seca, humor pícaro a lo Español y humor negro a lo Inglés. He manejado a nivel de puesta, recursos como el anacronismo o la imagen caricaturizada de grandes penes que cuelgan de personajes respetables y sobrios” Para concluir apunta: “Creo que uno de los momentos más graciosos y provocadores será la Opereta y Danza de los Falos, uno de los pasajes de la obra donde se expone esa noción de fuerza y poder varonil por sobre la libertad y la razón”.
Enema se presenta los viernes y sábados a las 8:30 de la noche en Teatro en Miami Studio, 2500 SW 8 Calle. Entrada general 20 dólares. Reservaciones en el (305) 551-7473.
El teatro no puede ser sólo un reflejo simple, más o menos fiel de la vida. El teatro debe también desafiar al espectador, llevarlo mucho más allá de lo que ve en escena, transgredir, provocar reacciones y romper, dentro de un marco estético con lo trillado. Este concepto de vanguardia es el que nos propone Ernesto García, fundador junto con su esposa Sandra, de Teatro en Miami Studio, la sala que abrieron hace menos de dos años y donde este viernes 30 estrena Enema, la quinta obra de su autoría.
Ernesto es musicalizador, libretista, escenógrafo, diseñador de luces y vestuario, algo que le da la oportunidad de concebir, visualizar, sentir y vibrar en cada aspecto de sus propuestas. Enema: un canto a donde no da el sol, es sin duda un título que podría provocar en algunos espectadores cierto rechazo, pero Ernesto se apresura a aclarar que “la obra está tratada con respeto y sin groserías”. El uso del término es simbólico, una alegoría al lavado de cerebro.
“La propuesta juega con el tiempo, las épocas y la curiosidad de cómo será el futuro”, explica el autor, añadiendo: “Antonio, el personaje conductor de Enema, es un escritor. Es rebelde, libertino, curioso”. Este papel lo interpretará el excelente y experimentado actor Ariel Texidó (con el que Ernesto García trabaja por primera vez). Su personaje representa a un hombre que sufre los desmanes, acosos y censuras de su época. Para luchar contra su tiempo y enfrentársele, se propone crear un texto para ser representado 300 años después, en una sociedad que imagina sin prohibiciones y total libertad, donde las palabras y las expresiones no levantarían ronchas, pues la gente habría alcanzado un alto nivel de desarrollo y emancipación y no existirían prejuicios castrantes. Este es el contexto de la tragicomedia que nos entrega Ernesto, en su quinta producción como autor y la séptima como director.
Ernesto García perfila la idea de su obra cuando expresa: “Enema no busca la exactitud histórica de vestuarios y escenografía, cosa que no consideramos necesario en nuestro teatro y dejamos a los libros de historia. Nos basta con crear una ilusión de época. Buscamos reflejar la nueva actitud del saber, del pensar el pensamiento. El riesgo de las nuevas ideas. El drama del individuo enfrentado al poder. La búsqueda infinita de la libertad individual”.
El director explica que ha concebido la puesta en dos planos. En uno se encuentra el escritor que imagina el futuro y escribe lo que conjetura sobre el porvenir. A su vez hay un teatrino donde los otros actores le dan vida a esas ideas. A esto se le añaden momentos intensos, como la Danza de los Falos, que Ernesto vuelve a recalcar que no es grosera, sino más bien sutilmente provocadora, un punto de ruptura. También de rompimiento resulta el vestuario, que afirma no “es propiamente dicho del siglo XVIII, pero que el espectador se sitúa en esa época cuando lo ve”.
Enema es una obra en la que las situaciones van creciendo, el escritor llega un momento en que habla en verso, perdiendo un poco la razón. Para lograr su objetivo Ernesto García ha confiado nuevamente en su equipo de actores. Estarán en escena Anniamary Martínez, como Dorcomia; Marcia Stadler, haciendo de Dolores, una criada; Ivette Kellems, como Sor Casta; Carlos Bueno, en el papel de un cura; Lis Nicot doblando con Leandro Peraza, que también se integran por primera vez al elenco, el personaje de Merdufo; Nirma Necuze, de monja, Christian Ocón como el Obispo y el ya mencionado Ariel Texidó, como Antonio, el escritor.
Enema sin dejar de ser lírica puede llegar a lo grotesco, explica su autor y director. “No hemos temido usar palabras soeces (groseras) en la misma medida y peso con que fueron usadas en su momento por los grandes autores teatrales. No buscamos la risa fácil ni la complacencia grosera, pero tampoco rehúyo de la connotación y fuerza que una palabra soez encarna”. Luego añade: “Hay algo de astracán a lo Pedro Muñoz Seca, humor pícaro a lo Español y humor negro a lo Inglés. He manejado a nivel de puesta, recursos como el anacronismo o la imagen caricaturizada de grandes penes que cuelgan de personajes respetables y sobrios” Para concluir apunta: “Creo que uno de los momentos más graciosos y provocadores será la Opereta y Danza de los Falos, uno de los pasajes de la obra donde se expone esa noción de fuerza y poder varonil por sobre la libertad y la razón”.
Enema se presenta los viernes y sábados a las 8:30 de la noche en Teatro en Miami Studio, 2500 SW 8 Calle. Entrada general 20 dólares. Reservaciones en el (305) 551-7473.
Comentarios